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¿Cuándo debo sentar a mi bebé en la trona?

Sentar a tu bebé en la trona es uno de los momentos más especiales en la crianza: tu bebé empieza a compartir mesa con la familia, a descubrir nuevos sabores y a vivir la experiencia de las comidas desde otra perspectiva. 🥄✨

Pero claro, siempre surge la misma duda: ¿cuándo es el momento adecuado para sentarlo en la trona? ¿Vale con fijarse en la edad? ¿O hay que esperar a que cumpla ciertos hitos de desarrollo? Tranquila: aquí te contamos todo lo que necesitas saber para dar este paso de forma segura, natural y sin prisas.

¿A qué edad puede un bebé empezar a usar la trona?

La recomendación general es que los bebés empiecen a usar la trona alrededor de los 6 meses de edad, coincidiendo con el inicio de la alimentación complementaria.

A partir de ese momento, su cuerpo empieza a estar preparado para mantenerse erguido durante las comidas y explorar nuevos alimentos más allá de la leche. Sin embargo, es importante recordar que cada bebé tiene su propio ritmo. Algunos estarán listos un poco antes, y otros necesitarán algunas semanas más.

Lo más importante no es la cifra exacta, sino fijarse en las señales de desarrollo que te indicarán que tu peque está preparado.

Señales de que tu bebé está listo para la trona

Más que mirar el calendario, fíjate en cómo se comporta tu bebé. Estas son las señales más claras de que ya puedes empezar a introducir la trona en su día a día:

Control de cabeza y cuello

Tu bebé debe ser capaz de mantener la cabeza erguida por sí mismo, sin tambalearse. Esto asegura que puede sentarse con seguridad y evitar atragantamientos.

Se mantiene sentado sin apoyo

Aunque al principio se tambalee un poco, lo ideal es que sea capaz de mantener el tronco recto durante unos segundos. Si aún se cae hacia los lados, es mejor esperar un poco más.

Muestra interés por los alimentos y la mesa

Si ves que alarga la mano hacia tu plato, te observa cuando comes o incluso hace gestos de querer probar, es una señal clara de que está preparado para sentarse contigo en la mesa.

Ha iniciado (o está preparado para iniciar) la alimentación complementaria

La trona se asocia directamente con este paso. Si tu pediatra ya te ha dado luz verde para empezar con sólidos o purés, la trona será tu mejor aliada.

Una de las claves para saber si ya está preparado es que haya perdido el reflejo de extrusión: ese movimiento de sacar con la lengua cualquier alimento sólido. Si todavía lo mantiene, es mejor esperar un poco más.

Riesgos de sentar a un bebé demasiado pronto

Aunque a veces hay prisas por empezar, sentar a un bebé en la trona antes de que esté preparado puede ser contraproducente. Estos son algunos de los riesgos:

  • Problemas posturales: si no controla bien la espalda y el tronco, puede adoptar malas posiciones que le resulten incómodas.
  • Mayor riesgo de atragantamiento: un bebé que no se sienta estable todavía no está listo para probar alimentos sólidos.
  • Rechazo hacia la trona: si la experiencia es incómoda, puede asociarla con algo negativo y luego costará más acostumbrarlo.

Por eso, lo mejor es esperar a que cumpla las señales que hemos visto antes. No hay prisa: llegará el momento y será mucho más fácil.

Cómo ayudar a tu bebé a adaptarse a la trona

El primer contacto con la trona puede ser emocionante… o un pequeño desafío. Para que tu bebé se sienta cómodo y lo vea como un espacio positivo, ten en cuenta estos consejos:

Empieza con ratitos cortos y sin presión

No hace falta que la primera vez se siente 20 minutos. Basta con pequeños ratos, incluso aunque no esté comiendo, solo para que se acostumbre a la postura y al entorno.

Asegura un ambiente positivo y tranquilo

La hora de comer no debería ser una batalla. Sonríele, háblale y mantén un ambiente relajado. Así asociará la trona con un momento agradable.

Supervisa siempre y usa los sistemas de seguridad

Nunca lo dejes solo en la trona. Ajusta bien el arnés y revisa que esté colocado de forma segura. Esto no solo evita accidentes, también te da tranquilidad.

Deja que experimente con texturas y alimentos

La trona es su espacio para descubrir. Que toque, juegue, se manche… forma parte del aprendizaje. Si le das libertad, disfrutará mucho más de esta etapa.

Fundas y accesorios que facilitan esta etapa

La trona es un gran avance, pero también una fuente infinita de manchas: purés, migas, escapes… ¡todo acaba ahí! Por eso, contar con accesorios prácticos hará la experiencia mucho más llevadera.

Fundas fáciles de limpiar

Las fundas extraíbles y lavables son la mejor inversión. Se quitan en segundos, se meten en la lavadora y vuelven a estar listas para la siguiente comida. En Fun*das BCN trabajamos con tejidos transpirables, suaves y que además ayudan a disimular las manchas.

👉 Instrucciones de lavado de nuestras fundas:

  • A máquina hasta 30º.
  • Sin lejía, sin secadora, sin limpieza en seco.
  • Si necesitas planchar, hazlo a temperatura suave.

Y recuerda: en cada ficha de producto encontrarás siempre la composición y cuidados específicos.

La trona es una herramienta fantástica para compartir la mesa en familia y disfrutar juntos de la alimentación complementaria. Pero no hay prisa: cada bebé tiene su propio ritmo.

Observa las señales, acompáñalo con paciencia y convierte la trona en un espacio positivo y seguro. Con los accesorios adecuados —fundas lavables, cojines cómodos y pequeños trucos— esta etapa será mucho más fácil… y sobre todo, mucho más divertida. 💛

PREGUNTAS FRECUENTES

¿A qué edad usar la trona?
Alrededor de los 6 meses, cuando empieza la alimentación complementaria. Es importante fijarse en hitos de desarrollo, más que en la edad en sí. 

¿Qué pasa si lo siento antes de tiempo?
Puede tener mala postura, riesgo de atragantamiento y rechazo a la trona.

¿Cómo saber si está listo?
Si mantiene la cabeza erguida, se sienta con apoyo, muestra interés por la comida y ha perdido el reflejo de extrusión.

¿Y si no quiere sentarse?
No lo fuerces. Empieza con ratitos cortos y haz que la trona sea un espacio positivo.

¿Qué accesorios ayudan?
Fundas lavables, cojines reductores y baberos grandes para más comodidad y menos líos.

¿Cuánto tiempo puede estar en la trona?
Al principio pocos minutos; luego el rato que dure la comida, siempre con supervisión.

¿Hasta qué edad se usa?
Según el modelo: muchas llegan hasta los 2-3 años o más si son evolutivas.

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Mi bebé se marea en el coche: por qué ocurre y qué puedes hacer

Viajar en coche con un bebé es una odisea. Si además, tu peque se marea cada vez que se acerca al vehículo, el trayecto puede convertirse en una pesadilla. 

Y aunque el mareo infantil es más habitual de lo que parece, a veces pilla por sorpresa -esas carreteras de montaña ⛰️- y nos da un buen susto. 

Con este artículo vas a entender por qué ocurre, cómo aliviar los síntomas, y sobre todo, cómo evitar que cada viaje sea una aventura dramática.

¿Por qué se marea un bebé en el coche?

Lo que habitualmente se conoce como “mareo” o incluso “mareo por movimiento”, tiene un nombre médico: cinetosis. Por su raíz etimológica, podemos deducir qué ocurre: viene de movimiento. 

Y es que se trata de un malestar que aparece cuando el cerebro de tus peques recibe señales contradictorias del cuerpo. Los ojos le dicen que están quietos, sentaditos en la silla de coche, pero el oído interno, responsable del equilibrio, detecta que se mueven. 

Es esta confusión la que provoca los síntomas clásicos del mareo, como las náuseas, la palidez, los vómitos, o la irritabilidad. Esta confusión provoca síntomas como náuseas, palidez, vómitos o irritabilidad. 

El mareo es más común en bebés y niños porque su sistema del equilibrio todavía es inmaduro, y no gestionan bien estos desajustes. Y por si fuera poco, en bebés y niños que todavía no hablan, tienen menos capacidad para expresar lo que les ocurre: puede que solo notemos que están raros, enfadados o irritables. 

¿Hasta cuándo dura el mareo infantil?

Como decíamos, el mareo es más habitual en la edad infantil por su inmadurez. Suele aparecer con más frecuencia a partir del año de vida, y se alarga hasta los 6 o incluso los 8 años, aunque en la mayoría de casos va disminuyendo con el tiempo, o incluso desaparece por completo. 

En algunos casos, se mantiene solo en casos de carreteras sinuosas, trayectos largos sin descanso, o por predisposición genética. De hecho, hay adultos que se siguen mareando si leen o se exponen a pantallas estando dentro del coche, o algunos simplemente en una carretera con más curvas de lo habitual. 

Señales de que tu bebé se está mareando

Detectar cuando tu bebé se está mareando no siempre es fácil, especialmente si todavía no habla. Pero… ya lo sabemos, su cuerpito sí que habla. 

Síntomas más comunes

Algunos de los signos más habituales que te indicarán que tu peque se está empezando a marear: 

  • Palidez repentina. 
  • Sudor frío, especialmente en la frente o el cuello. Si solo hay este síntoma, puede ser simplemente que esté pasando calor, que en los coches suele ocurrir. 
  • Bostezos continuos o babeo excesivo.
  • Llanto inconsolable sin una causa aparente. 
  • Decaimiento o irritabilidad.
  • Y el síntoma más temido: náuseas, o directamente, vómitos.

En ocasiones, algunos bebés hacen movimientos con la boca, como si se relamieran o estuvieran chupando algo: es una señal temprana de que empiezan a tener la barriga revuelta.

Ojo: no siempre aparecen todos los síntomas a la vez. Puede que a tu peque solo le notes que “está rarito” o más apagado que de costumbre.  

Cómo diferenciar el mareo de otras molestias

Aunque tu peque esté incómodo, no necesariamente está mareado. A veces, observando el contexto, puedes detectar que quizás tiene gases, hambre o sed o calor e incomodidad. 

Si lo revisas todo, le das de pecho o biberón, le cambias y sigue incómodo… ahí sí, el mareo es una posibilidad.

Qué hacer si tu bebé se marea en el coche

Puede que estés pensando: tengo muy claro que mi peque se marea cada vez que viajamos, pero… ¿qué puedo hacer para aliviarle? ¿Hay formas de evitar que un niño se maree? Buenas noticias: sí las hay. Y aunque no existen fórmulas mágicas, sí puedes aplicar algunos trucos para que el viaje sea mucho más llevadero.

Consejos prácticos durante el viaje

Vamos con algunos tips que puedes usar para evitar, en la medida de lo posible, los mareos: 

  • Evita pantallas, libros o juguetes con mucho movimiento. Lo mejor es que mire al frente. Lo sabemos… ¡parece misión imposible! Pero muchos niños se acaban distrayendo con el paisaje o incluso durmiéndose. 
  • Ten el coche bien ventilado y con temperatura agradable. Puedes abrir alguna ventana para que entre aire fresco (sin corrientes directas). 
  • Haz pausas en el trayecto, que pueda salir de la sillita, y que no se acumule malestar. 
  • Evita trayectos justo después de las comidas y, en todo caso, procura que coman ligero. 

Qué darles (o no) para aliviar el malestar

Antes de viajar, si todavía es lactante, asegúrate de que no tenga hambre, pero no hace falta darle nada más. 

Si ya ha empezado la alimentación complementaria, una comida ligera puede ayudar. Eso sí, mejor evita lácteos, frutas ácidas o comidas pesadas. Si ha vomitado, un poco de agua, o suero a sorbitos pequeños pueden ayudarle a que se sienta mejor. 

Cómo prevenir el mareo

Para prevenir el mareo, lo ideal es que planifiques viajar en las horas más frescas del día: con tu peque descansado y de buen humor. 

Durante el viaje en coche, puedes poner música suave, cantarle o incluso hablarle. De esta forma, le distraes, sin sobreestimularlo. Si ya muestra interés por el entorno, contarle cuentos, mirar por la ventana o explicarle lo que hay en el paisaje, también puede ayudar. 

Algunas familias prueban con pulseras de acupresión, aunque no hay evidencia científica que lo respalde. En todo caso, siempre puedes consultar con tu pediatra -ahora lo vemos en el siguiente punto-. 

Y como ya sabes, padres precavidos valen por dos: lleva preparado un “kit de mareo” con muda de recambio, bolsitas de plástico por si hay que guardar ropa manchada, toallitas y algunos palitos o pan por si tiene hambre. 

Cuándo consultar con el pediatra

La mayoría de los casos de mareo infantil son leves (aunque se haga un mundo cuando ocurre 🤗)y se controlan con medidas sencillas. 

Aun así, si tu bebé vomita en casi todos los viajes, incluso en trayectos cortos, o si después de marearse se queda muy decaído o excesivamente somnoliento. 

Otro signo a tener en cuenta es que el pequeño comience a mostrar rechazo al coche o se ponga muy nervioso solo con subirse. En todos estos casos, el especialista puede valorar opciones adicionales o descartar otras causas médicas que estén interfiriendo.

Fundas y accesorios que ayudan si hay mareo

Ya hemos visto que es difícil prevenir el mareo, pero sí podemos prepararnos. Contar con accesorios como una funda para proteger la sillita puede marcar la diferencia entre un viaje caótico o uno en el que los problemas se solucionan rápido. 

Fundas fáciles de lavar y tejidos que disimulan manchas

Las fundas transpirables, lavables y de secado rápido son aliadas indispensables si viajas a menudo con un peque que se marea. Lo ideal es elegir tejidos suaves, que no den calor, y que puedas meter en la lavadora sin complicaciones. Y, por si no lo imaginabas, en Fun*das las tenemos todas.  
Sabemos que no es agradable ver que tu peque lo pasa mal en el coche, pero la cinetosis infantil suele ser pasajera. Viajar con bebés mareones es posible: solo necesitas algo de previsión, ciertos trucos, buenas fundas y mucha calma. Y si hay vómito, no pasa nada. Se limpia, se abraza y se sigue el camino.

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