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Mi bebé se marea en el coche: por qué ocurre y qué puedes hacer

Viajar en coche con un bebé es una odisea. Si además, tu peque se marea cada vez que se acerca al vehículo, el trayecto puede convertirse en una pesadilla. 

Y aunque el mareo infantil es más habitual de lo que parece, a veces pilla por sorpresa -esas carreteras de montaña ⛰️- y nos da un buen susto. 

Con este artículo vas a entender por qué ocurre, cómo aliviar los síntomas, y sobre todo, cómo evitar que cada viaje sea una aventura dramática.

¿Por qué se marea un bebé en el coche?

Lo que habitualmente se conoce como “mareo” o incluso “mareo por movimiento”, tiene un nombre médico: cinetosis. Por su raíz etimológica, podemos deducir qué ocurre: viene de movimiento. 

Y es que se trata de un malestar que aparece cuando el cerebro de tus peques recibe señales contradictorias del cuerpo. Los ojos le dicen que están quietos, sentaditos en la silla de coche, pero el oído interno, responsable del equilibrio, detecta que se mueven. 

Es esta confusión la que provoca los síntomas clásicos del mareo, como las náuseas, la palidez, los vómitos, o la irritabilidad. Esta confusión provoca síntomas como náuseas, palidez, vómitos o irritabilidad. 

El mareo es más común en bebés y niños porque su sistema del equilibrio todavía es inmaduro, y no gestionan bien estos desajustes. Y por si fuera poco, en bebés y niños que todavía no hablan, tienen menos capacidad para expresar lo que les ocurre: puede que solo notemos que están raros, enfadados o irritables. 

¿Hasta cuándo dura el mareo infantil?

Como decíamos, el mareo es más habitual en la edad infantil por su inmadurez. Suele aparecer con más frecuencia a partir del año de vida, y se alarga hasta los 6 o incluso los 8 años, aunque en la mayoría de casos va disminuyendo con el tiempo, o incluso desaparece por completo. 

En algunos casos, se mantiene solo en casos de carreteras sinuosas, trayectos largos sin descanso, o por predisposición genética. De hecho, hay adultos que se siguen mareando si leen o se exponen a pantallas estando dentro del coche, o algunos simplemente en una carretera con más curvas de lo habitual. 

Señales de que tu bebé se está mareando

Detectar cuando tu bebé se está mareando no siempre es fácil, especialmente si todavía no habla. Pero… ya lo sabemos, su cuerpito sí que habla. 

Síntomas más comunes

Algunos de los signos más habituales que te indicarán que tu peque se está empezando a marear: 

  • Palidez repentina. 
  • Sudor frío, especialmente en la frente o el cuello. Si solo hay este síntoma, puede ser simplemente que esté pasando calor, que en los coches suele ocurrir. 
  • Bostezos continuos o babeo excesivo.
  • Llanto inconsolable sin una causa aparente. 
  • Decaimiento o irritabilidad.
  • Y el síntoma más temido: náuseas, o directamente, vómitos.

En ocasiones, algunos bebés hacen movimientos con la boca, como si se relamieran o estuvieran chupando algo: es una señal temprana de que empiezan a tener la barriga revuelta.

Ojo: no siempre aparecen todos los síntomas a la vez. Puede que a tu peque solo le notes que “está rarito” o más apagado que de costumbre.  

Cómo diferenciar el mareo de otras molestias

Aunque tu peque esté incómodo, no necesariamente está mareado. A veces, observando el contexto, puedes detectar que quizás tiene gases, hambre o sed o calor e incomodidad. 

Si lo revisas todo, le das de pecho o biberón, le cambias y sigue incómodo… ahí sí, el mareo es una posibilidad.

Qué hacer si tu bebé se marea en el coche

Puede que estés pensando: tengo muy claro que mi peque se marea cada vez que viajamos, pero… ¿qué puedo hacer para aliviarle? ¿Hay formas de evitar que un niño se maree? Buenas noticias: sí las hay. Y aunque no existen fórmulas mágicas, sí puedes aplicar algunos trucos para que el viaje sea mucho más llevadero.

Consejos prácticos durante el viaje

Vamos con algunos tips que puedes usar para evitar, en la medida de lo posible, los mareos: 

  • Evita pantallas, libros o juguetes con mucho movimiento. Lo mejor es que mire al frente. Lo sabemos… ¡parece misión imposible! Pero muchos niños se acaban distrayendo con el paisaje o incluso durmiéndose. 
  • Ten el coche bien ventilado y con temperatura agradable. Puedes abrir alguna ventana para que entre aire fresco (sin corrientes directas). 
  • Haz pausas en el trayecto, que pueda salir de la sillita, y que no se acumule malestar. 
  • Evita trayectos justo después de las comidas y, en todo caso, procura que coman ligero. 

Qué darles (o no) para aliviar el malestar

Antes de viajar, si todavía es lactante, asegúrate de que no tenga hambre, pero no hace falta darle nada más. 

Si ya ha empezado la alimentación complementaria, una comida ligera puede ayudar. Eso sí, mejor evita lácteos, frutas ácidas o comidas pesadas. Si ha vomitado, un poco de agua, o suero a sorbitos pequeños pueden ayudarle a que se sienta mejor. 

Cómo prevenir el mareo

Para prevenir el mareo, lo ideal es que planifiques viajar en las horas más frescas del día: con tu peque descansado y de buen humor. 

Durante el viaje en coche, puedes poner música suave, cantarle o incluso hablarle. De esta forma, le distraes, sin sobreestimularlo. Si ya muestra interés por el entorno, contarle cuentos, mirar por la ventana o explicarle lo que hay en el paisaje, también puede ayudar. 

Algunas familias prueban con pulseras de acupresión, aunque no hay evidencia científica que lo respalde. En todo caso, siempre puedes consultar con tu pediatra -ahora lo vemos en el siguiente punto-. 

Y como ya sabes, padres precavidos valen por dos: lleva preparado un “kit de mareo” con muda de recambio, bolsitas de plástico por si hay que guardar ropa manchada, toallitas y algunos palitos o pan por si tiene hambre. 

Cuándo consultar con el pediatra

La mayoría de los casos de mareo infantil son leves (aunque se haga un mundo cuando ocurre 🤗)y se controlan con medidas sencillas. 

Aun así, si tu bebé vomita en casi todos los viajes, incluso en trayectos cortos, o si después de marearse se queda muy decaído o excesivamente somnoliento. 

Otro signo a tener en cuenta es que el pequeño comience a mostrar rechazo al coche o se ponga muy nervioso solo con subirse. En todos estos casos, el especialista puede valorar opciones adicionales o descartar otras causas médicas que estén interfiriendo.

Fundas y accesorios que ayudan si hay mareo

Ya hemos visto que es difícil prevenir el mareo, pero sí podemos prepararnos. Contar con accesorios como una funda para proteger la sillita puede marcar la diferencia entre un viaje caótico o uno en el que los problemas se solucionan rápido. 

Fundas fáciles de lavar y tejidos que disimulan manchas

Las fundas transpirables, lavables y de secado rápido son aliadas indispensables si viajas a menudo con un peque que se marea. Lo ideal es elegir tejidos suaves, que no den calor, y que puedas meter en la lavadora sin complicaciones. Y, por si no lo imaginabas, en Fun*das las tenemos todas.  
Sabemos que no es agradable ver que tu peque lo pasa mal en el coche, pero la cinetosis infantil suele ser pasajera. Viajar con bebés mareones es posible: solo necesitas algo de previsión, ciertos trucos, buenas fundas y mucha calma. Y si hay vómito, no pasa nada. Se limpia, se abraza y se sigue el camino.

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La pregunta más habitual cuando nace el bebé es: ¿qué tal duerme? Y es que sí, el descanso es importante, pero muchas veces nos encontramos con otra duda que nos reconcome: si los bebés duermen tantas horas… ¿Por qué el mío nunca hace siestas durante el día?  

Tranquila. Lo de dormir durante el día tiene sus trucos, y vamos a desvelártelos en este artículo. Pero primero, empecemos por los motivos por los que tu peque no duerme -de día-. 

Principales razones por las que tu bebé no duerme la siesta

Hay muchos motivos por los que tu bebé podría estar durmiendo menos de lo que te gustaría 😉 durante el día. Y, pequeño spoiler: a veces, es que simplemente te ha tocado un bebé con mucha energía. 

En el 90% de los casos, los motivos de dormir poco de día son: 

Está demasiado cansado (y se pasa de rosca)

En ocasiones, aunque parezca contradictorio, si el bebé está muy cansado físicamente -cuando empiezan a gatear, por ejemplo-, o por estímulos, les cuesta conciliar el sueño.


Tiene hambre o molestias físicas

A veces, el motivo es tan sencillo como que tiene hambre, un gas que no sale, o el pañal mojado. Revisa esto siempre antes de intentar seguir con la rutina de sueño, porque un pequeño detalle puede marcar la diferencia.  

El entorno no ayuda

Puede que tu bebé esté incómodo porque hay demasiada luz, o hace mucho calor y necesitas refrescarlo, o quizás hay ruidos fuertes que le asustan. Intenta crear un ambiente tranquilo, con poca estimulación. A veces, una funda transpirable en la cuna también ayuda a evitar sudores incómodos.


No tiene una rutina de siestas clara

Las rutinas en los bebés son importantes, porque les ayudan a sentirse seguros. Intenta que duerma siempre en el mismo lugar, a la misma hora. Así, anticipará que es “hora de descansar”, y se irá calmando poco a poco.

Necesita más contacto o atención

Sí, lo sabemos. Aquello de que la cuna tiene pinchos (aunque tenga la funda más suavecita del mundo) es totalmente cierto. Y es que a veces, los bebés quieren contacto físico con la madre o el padre para sentirse en calma. No es malacostumbrarlos… es darles lo que necesitan ♥️.

Está en una regresión del sueño

El sueño de los bebés pasa por distintas fases, y muchas de ellas son regresiones. Si está en una de ellas, puede que le cueste más conciliar el sueño de día. Hay crisis del sueño a los 4 meses, también a los 8 e incluso cuando ya son más mayores.

¿Cuando hay que preocuparse o buscar a un especialista del sueño infantil?

La realidad es que la mayoría de lo que los adultos consideramos “problemas” de sueño, solo son fases del sueño del bebé. 

Es un problema para nosotros, sí, porque dormir poco agota, frustra y a veces hasta hace dudar de todo. Pero en ellos, es algo natural y esperable.

Ahora bien, si hay algo que te preocupa o la falta de siestas está afectando de verdad a vuestra calidad de vida, pedir ayuda está más que justificado. Podéis valorar consultar con un profesional del sueño infantil si:

  • Tu bebé no duerme nada o casi nada durante el día, y está irritable o agotado constantemente.
  • Sus siestas son muy breves (menos de 20 minutos) y siempre interrumpidas, incluso cuando parece estar cómodo.
  • Llora mucho antes, durante o después de cada intento de siesta, de forma regular.
  • El sueño diurno (o la falta de él) está afectando seriamente vuestro bienestar emocional o físico.
  • Tú sientes que ya no puedes más, que has probado de todo y sigues sin ver mejoras.

Estrategias para mejorar el sueño diurno 

No hay una fórmula mágica (ojalá), pero crear un ambiente tranquilo y repetir ciertos hábitos cada día puede marcar la diferencia. Aquí tienes algunos trucos que funcionan (probados por muchas madres y padres que ya pasaron por esto).

Establece una rutina pre-siesta (aunque sea mini)

Los bebés no entienden de horas del día, pero sí de señales. Si siempre ocurre lo mismo antes de su siestita (cantarle, acunarle, darle un masajito), tu peque lo asociará con el descanso. 

Crea un ambiente relajado

Aunque es bueno que puedan dormir “en todas partes”, es cierto que van a estar más cómodos y tranquilos si están en un sitio sin ruido, luces ni distracciones. Usa cortinas, procura que haya algo de silencio, o incluso ruido blanco. 

La temperatura debe ser agradable, ni mucho calor ni demasiado frío, y que lleve ropa transpirable y cómoda. Si además, descansa en un capazo o una cuna con una funda de algodón, mejor que mejor😉. 

Cálmalo con tu piel

Si ves que le cuesta desconectar, prueba a mecerlo suavemente, portearlo un rato o simplemente abrazarlo piel con piel unos minutos antes de dejarlo en la cuna.

Algunos bebés se relajan con un pañuelo que huele a mamá, una canción bajita o ese peluche que ya reconoce como “suyo”. Y si usas muselinas, puedes envolverlo suavemente para que no se despierte con sus propios movimientos.
Cada bebé tiene su ritmo y sus manías para dormir, y eso está bien. A veces, basta con ajustar un par de cosas —la rutina, el ambiente, el momento— para que todo encaje. Y si no funciona a la primera, no te frustres: con paciencia, cariño y constancia, las siestas diurnas llegarán.

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