Pues sí, lo ha dicho Michael Obama, y lo ha dicho aquí en España “se ensalza al hombre que cambia pañales y se denigra a la madre que se queda hasta tarde en el trabajo. Las mujeres ganan menos que los hombres por hacer la misma labor. Hay que cambiar los corazones y las mentes y vosotras podéis hacerlo, éste es el desafío de vuestra generación, hay que decirles a los niños que pueden llorar, y a las niñas que pueden ser autoritarias”.
Pues yo digo que hoy podemos hacer mucho por nosotras y más por nuestras hijas e hijos, tenemos que despertar nuestra conciencia a cuidar de nuestra economía personal y de nuestro dinero. Despertar a cómo ganarlo y a ser exigentes en nuestro entorno laboral no consintiendo remuneraciones más bajas por ser mujeres, pidiendo ascensos cuando los queramos y haciéndonos valorar, tener libertad para hacer nuestra carrera profesional, sea la que sea, sin presión o culpa por no estar en casa, no atender a los hijos (si los tenemos) o a nuestros mayores, por ser mejores y más eficientes que nuestros compañeros ¡no podemos sentirnos culpables de nuestra propia valía!
Y ¿qué pasa con nuestra economía y nuestros objetivos vitales? ¿Existen? Muy pocas mujeres tienen un plan financiero trazado, aunque son las mejores economistas y estrategas domésticas o de su empresa, sólo algunas tienen claros sus objetivos vitales (independizarse, estudiar, emprender, tener hijos, viajar, jubilarse…) y cuantificados económicamente para conseguirlos en un determinado plazo de tiempo.
Educación financiera, esa es la base, aprender a amar el dinero y a gestionarlo para que podamos cumplir con nuestros objetivos.
En España hoy las mujeres cobran un 34% menos de pensión que los hombres, y ese es un dato que no va a mejorar en los próximos años ya que las mujeres que estamos en la franja de edad de los 35 a los 55 años hemos cotizado un 29% menos que los hombres bien sea por trabajar en jornada reducida, por tener una remuneración inferior por ser mujer, por haber estado en excedencia para cuidar a los hijos o a los padres, incluso porque no hemos cotizado nunca. Si, en esta franja de edad hay mujeres que se han quedado en casa para cuidar de la familia mientras el marido trabajaba fuera y eso provoca que aunque los dos trabajaran durante 30 o 40 años, y mucho, uno podrá tener una pensión pública (personal e intransferible) y la mujer nada, porque en estos casos tampoco la mujer ha sido amorosa con ella misma y se ha creado un ahorro privado del dinero familiar. Otras muchas no cotizan porque trabajan en economía sumergida, como todas las que se dedican a la limpieza de casas particulares, por ejemplo.
Sea cual sea el nivel de ingresos personal, debemos también gestionar y revisar los gastos y pensar a largo plazo siempre, no podemos hipotecar el futuro por una visión miope. La planificación financiera junto a un asesor profesional es imprescindible, igual que cuando nos rompemos la pierna vamos al médico. Trabajar vuestra educación financiera no significa alfabetizarse, no es importante saber que es un bono, la TIR o el ratio de Sharpe, lo que realmente importa es despertar a tener una partida destinada al ahorro dentro del presupuesto familiar, del importe que sea. Lo que debemos trabajar es vencer el miedo a invertir bien a largo plazo, sabiendo que no podemos poner todos los huevos en la misma cesta, que el principio básico del ahorro es la diversificación total y la disciplina, saber que los mercados a largo plazo siempre funcionan y que no debemos dejarnos influir por las noticias.
No llegáis a imaginar lo que podemos obtener invirtiendo 20€ al mes, desde el día que nace un niño hasta su mayoría de edad, correctamente diversificados y gestionados.
Hay que cambiar corazones y mentes, pero primero cambiemos el nuestro, amemos nuestro dinero y despertemos nuestra educación financiera.
Despertar y tomar las riendas de nuestra economía personal es tener libertad y es nuestra responsabilidad.
Por www.gemmavoltas.es Asesora Financiera
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