Le ha costado pero al fin…¡ha llegado! Ya tenemos al invierno encima y, aunque las temperaturas aún no son muy bajas, tenemos que ir pensando en. Llega la hora de abrigarnos bien, ¡y de prepararnos para la Navidad! 😄 En este artículo te queremos compartir 5 consejos para proteger a tu peque del frío y que podáis disfrutar en familia de la época invernal que se avecina.
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Aspectos a tener en cuenta sobre el frío y los peques
El invierno es la época del año en que los resfriados y gripes nos acechan con más intensidad. ¡También para los peques! Muchas de las enfermedades que son más comunes en los niños ocurren en el periodo invernal.
Una de las razones principales de que los peques padezcan más el frío (y también el calor), es que tienen menos grasa corporal. Su sistema inmune aún no se ha desarrollado del todo y sus defensas aún no están suficientemente listas como para batallar contra virus y resfriados. El frío del invierno tiene la capacidad de debilitar su sistema inmune. Es por este motivo, juntamente con el tiempo más largo que pasamos en interiores, el que hace que los virus crezcan y se contagien con más facilidad.
Pero, ¿cómo puedes saber que tu peque está pasando frío? Las partes del cuerpo dónde podemos comprobarlo más fácilmente son la nuca, el cuello y la frente. Los pies no son un indicador tan fiable, ya que la mayoría del tiempo los bebés tienen los pies fríos (por eso es importante mantener los pies cubiertos día y noche, sobre todo los primeros meses).
En el exterior, si cuando estáis paseando ves que el peque tiene los labios de color azulado es porque está pasando frío.
Sin embargo, también es importante saber cuando el peque está padeciendo calor. Si el peque está sobreabrigado, suelen tener los mofletes colorados y su nuca un poco sudorosa.
En ocasiones los bebés también suelen demostrar nerviosismo por calor o frío excesivo, estando extremadamente activos o decaídos.
5 consejos para proteger a tu peque del frío
Estos son los 5 consejos que hemos elegido para que estés preparada tanto dentro como fuera de casa para proteger a tu peque del frío durante el periodo invernal:
Regula la temperatura interior en casa
Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta es la temperatura interior de la casa. En esta época el peque va a pasar más tiempo dentro que fuera del hogar y es importante regular la temperatura, asegurándote que no sea excesiva ni insuficiente.
La temperatura ideal, dependiendo de las dimensiones de la casa, suele estar entre los 21 y los 24 grados. Esta horquilla de valores permitirá al peque no sufrir un cambio brusco de temperatura cuando vayáis a dar un paseo.
Las calefacciones, al igual que pasa con los aires acondicionados para apaciguar el calor, suelen provocar que la piel y las mucosas se resequen. Una solución fácil y rápida para evitarlo es colocar humidificadores en distintas partes de la casa.
Abriga al peque de manera adecuada
¿Qué significa adecuada? Se trata de intentar que el peque esté vestido confortablemente para que no pase ni frío ni calor. Es conveniente evitar tanto sobreabrigarle como que le falte ropa.
Recuerda que es muy recomendable que los bebés se equipen con una prenda de ropa más que los adultos. No es el caso de los niños que, al contrario de lo que piensa mucha gente, no necesitan abrigarse más que los mayores.
Sobre qué prendas utilizar, nosotras somos muy partidarias del “estilo cebolla” 😄. Es decir, varias capas finas para que el peque pueda moverse con facilidad, así como para quitarle o ponerle ropa en función de la temperatura que haga.
Suelen ser recomendables las prendas de vestir que sean más transpirables, como es el caso de la lana o el algodón. En los casos de días con temperaturas más bajas, presta atención en abrigar las partes más sensibles: cabeza, pies, manos, oídos y boca. Para ello puedes utilizar gorros, bragas de cuello, guantes, gorritos nórdicos y un buen calzado.
Por último, aunque pueda parecer elemental, no olvides comprobar que la ropa está bien seca antes de ponérsela al peque.
Adaptar la ropa de cama
En época invernal, toca cambiar las sábanas frescas del verano por ropa de cama más cálida.
Es importante que te fijes en cómo se comporta tu peque por las noches. Si se mueve mucho, la mejor solución puede ser un saquito de dormir. Si duerme de manera más tranquila, será mejor un edredón ligero, una manta o un arrullo acolchado, para que no le pese demasiado la ropa.
La temperatura de la habitación también es un aspecto al que conviene estar atenta. No es conveniente que esté demasiado caliente, así que lo ideal es que el cuarto se mantenga a 20 o 22 grados de temperatura.
Y si duerme algún amiguito peludo con él, ¡que esté calentito! 😉
Salir a pasear bien equipados
El invierno no es sinónimo de quedarnos todo el día en casa sin poder salir. ¡Ni mucho menos! Pero eso sí, los paseos debes hacerlos cuándo la temperatura sea más agradable y haga menos frío. Es decir, evitar salir a primera y a última hora del día (al contrario que en verano).
Asegúrate que el peque esté bien protegido del frío, así como de cubrirle bien con los sacos Mouton de borreguito cuando esté metido en el cochecito. Y ya que salimos a pasear… vale la pena equiparse con uno de los nuevos bolsos Bambino o bien combinarlo con uno de borreguito para el carrito de paseo.
Hidrata y protege su piel
Una cosa que no debes olvidar es que la piel del peque es muy sensible, delicada y mucho más delgada que la de un adulto. Por este motivo es fundamental proteger la piel de tu bebé todos los días, ya sea tanto dentro como fuera de casa.
Es conveniente aplicarle crema hidratante neutra, sobre todo en las partes del cuerpo más expuestas. Tampoco olvides humectar sus labios con la misma crema hidratante, aceite de coco y de oliva o vaselina neutra.
¡Tampoco olvides usar protector solar! Aunque no sea verano, los rayos del sol también tienen incidencia en nuestra piel, especialmente en áreas de más altitud.
¿Y ahora? ¿Preparada ya para recibir el invierno como se merece? 😉
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