La pregunta más habitual cuando nace el bebé es: ¿qué tal duerme? Y es que sí, el descanso es importante, pero muchas veces nos encontramos con otra duda que nos reconcome: si los bebés duermen tantas horas… ¿Por qué el mío nunca hace siestas durante el día?
Tranquila. Lo de dormir durante el día tiene sus trucos, y vamos a desvelártelos en este artículo. Pero primero, empecemos por los motivos por los que tu peque no duerme -de día-.
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Principales razones por las que tu bebé no duerme la siesta
Hay muchos motivos por los que tu bebé podría estar durmiendo menos de lo que te gustaría 😉 durante el día. Y, pequeño spoiler: a veces, es que simplemente te ha tocado un bebé con mucha energía.
En el 90% de los casos, los motivos de dormir poco de día son:
Está demasiado cansado (y se pasa de rosca)
En ocasiones, aunque parezca contradictorio, si el bebé está muy cansado físicamente -cuando empiezan a gatear, por ejemplo-, o por estímulos, les cuesta conciliar el sueño.
Tiene hambre o molestias físicas
A veces, el motivo es tan sencillo como que tiene hambre, un gas que no sale, o el pañal mojado. Revisa esto siempre antes de intentar seguir con la rutina de sueño, porque un pequeño detalle puede marcar la diferencia.
El entorno no ayuda
Puede que tu bebé esté incómodo porque hay demasiada luz, o hace mucho calor y necesitas refrescarlo, o quizás hay ruidos fuertes que le asustan. Intenta crear un ambiente tranquilo, con poca estimulación. A veces, una funda transpirable en la cuna también ayuda a evitar sudores incómodos.
No tiene una rutina de siestas clara
Las rutinas en los bebés son importantes, porque les ayudan a sentirse seguros. Intenta que duerma siempre en el mismo lugar, a la misma hora. Así, anticipará que es “hora de descansar”, y se irá calmando poco a poco.
Necesita más contacto o atención
Sí, lo sabemos. Aquello de que la cuna tiene pinchos (aunque tenga la funda más suavecita del mundo) es totalmente cierto. Y es que a veces, los bebés quieren contacto físico con la madre o el padre para sentirse en calma. No es malacostumbrarlos… es darles lo que necesitan ♥️.
Está en una regresión del sueño
El sueño de los bebés pasa por distintas fases, y muchas de ellas son regresiones. Si está en una de ellas, puede que le cueste más conciliar el sueño de día. Hay crisis del sueño a los 4 meses, también a los 8 e incluso cuando ya son más mayores.
¿Cuando hay que preocuparse o buscar a un especialista del sueño infantil?
La realidad es que la mayoría de lo que los adultos consideramos “problemas” de sueño, solo son fases del sueño del bebé.
Es un problema para nosotros, sí, porque dormir poco agota, frustra y a veces hasta hace dudar de todo. Pero en ellos, es algo natural y esperable.
Ahora bien, si hay algo que te preocupa o la falta de siestas está afectando de verdad a vuestra calidad de vida, pedir ayuda está más que justificado. Podéis valorar consultar con un profesional del sueño infantil si:
- Tu bebé no duerme nada o casi nada durante el día, y está irritable o agotado constantemente.
- Sus siestas son muy breves (menos de 20 minutos) y siempre interrumpidas, incluso cuando parece estar cómodo.
- Llora mucho antes, durante o después de cada intento de siesta, de forma regular.
- El sueño diurno (o la falta de él) está afectando seriamente vuestro bienestar emocional o físico.
- Tú sientes que ya no puedes más, que has probado de todo y sigues sin ver mejoras.
Estrategias para mejorar el sueño diurno
No hay una fórmula mágica (ojalá), pero crear un ambiente tranquilo y repetir ciertos hábitos cada día puede marcar la diferencia. Aquí tienes algunos trucos que funcionan (probados por muchas madres y padres que ya pasaron por esto).
Establece una rutina pre-siesta (aunque sea mini)
Los bebés no entienden de horas del día, pero sí de señales. Si siempre ocurre lo mismo antes de su siestita (cantarle, acunarle, darle un masajito), tu peque lo asociará con el descanso.
Crea un ambiente relajado
Aunque es bueno que puedan dormir “en todas partes”, es cierto que van a estar más cómodos y tranquilos si están en un sitio sin ruido, luces ni distracciones. Usa cortinas, procura que haya algo de silencio, o incluso ruido blanco.
La temperatura debe ser agradable, ni mucho calor ni demasiado frío, y que lleve ropa transpirable y cómoda. Si además, descansa en un capazo o una cuna con una funda de algodón, mejor que mejor😉.
Cálmalo con tu piel
Si ves que le cuesta desconectar, prueba a mecerlo suavemente, portearlo un rato o simplemente abrazarlo piel con piel unos minutos antes de dejarlo en la cuna.
Algunos bebés se relajan con un pañuelo que huele a mamá, una canción bajita o ese peluche que ya reconoce como “suyo”. Y si usas muselinas, puedes envolverlo suavemente para que no se despierte con sus propios movimientos.
Cada bebé tiene su ritmo y sus manías para dormir, y eso está bien. A veces, basta con ajustar un par de cosas —la rutina, el ambiente, el momento— para que todo encaje. Y si no funciona a la primera, no te frustres: con paciencia, cariño y constancia, las siestas diurnas llegarán.
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