La salud emocional durante el embarazo es un tema al que a veces se le presta poca atención. Se trata de una etapa con un impacto emocional importante para la madre. Yendo desde la primera etapa del embarazo, hasta el parto y el post-parto.
Desde Fundas Bcn, hemos compartido una interesante a la par que útil charla con la psiquiatra Estel Soto, para traeros tips que os empoderen durante este proceso. No todo el mundo es capaz de llevarlo de la misma manera y cada persona es un mundo, así que Estel Soto nos habla de la salud emocional durante el embarazo.
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Salud emocional antes, durante y después del embarazo
A continuación, te traemos las preguntas que desde Fundas hicimos a nuestra especialista en psiquiatría Estel Soto. Puedes recuperar el vídeo desde nuestra página de Instagram, pero en caso de que lo prefieras, encontrarás los extractos principales para que los consultes siempre que lo necesites.
Para cualquier duda, la Dra Soto es Médica, especializada en psiquiatría y formada en psiquiatría del embarazo y postparto, en el Hospital Clínic de Barcelona, siendo así una pionera. Con una gran experiencia en hospitales y atención primaria, montó su propio proyecto para prestar ayuda a mamás, siendo también responsable de consulta de psiquiatría perinatal (del embarazo).
Así que siguiendo su pasión por seguir educando en cuanto a herramientas emocionales, os traemos una serie de consejos profesionales para esta etapa tan importante de nuestras vidas.
¿Por qué durante el embarazo puede aparecer un trastorno emocional?
Cabe entender, que aun siendo personas sin problemas de salud mental, se estima que 1 de cada 4 madres sufre un trastorno emocional durante esta época. A grandes rasgos, esto es a causa de los muchos cambios que se dan en nuestro interior.
Uno de los más importantes, son los hormonales, que ocupan una parte predominante. Orquestan los cambios fisiológicos, tanto de los órganos como de los sistemas internos, que se preparan para la llegada del bebé.
Como podemos intuir, estos cambios fisiológicos producen efectos claros, como las nauseas, los aumentos del ritmo cardiaco o cambios en la respiración. Pero ya de por sí, el cuerpo de las madres también cambia físicamente, siendo otro elemento que puede tener un impacto en nuestra imagen.
Y sobre todo, mentalmente se enfrentan nuevas preocupaciones, teniendo que lidiar con un seguido de retos y desafíos que se desconocen hasta el momento. Además, gestionar un cambio en el ritmo de vida, como las perdidas del tiempo, el sueño y el control de la rutina, cambian nuestros hábitos. Esto genera un efecto al ambiente social, desde la pareja, al trabajo y sus relaciones.
Muchos cambios en muy poco tiempo a los que la mama debe adaptarse. Este esfuerzo puede provocar estrés. PERO, hay una diferencia entre sentir tristeza y ansiedad, o experimentar crisis de angustia y depresión. La gran presión de esta nueva situación aumenta la vulnerabilidad psíquica.
Estel Soto, Psiquiatra Perinatal
¿Qué cargas o pensamientos afectan más a nuestra salud emocional durante el embarazo?
La primera de todas, es una idealización de la maternidad, alejada de la vida real que también comporta ansiedad y problemas. Es más, médicamente ha habido una falsa creencia sobre el factor hormonal como factor protector, creyendo que blinda a las mujeres de estos problemas. Pero las madres que se sienten mal no están solas, no es algo único y es totalmente normal.
Por otro lado, se ha venido investigando muy poco sobre la salud emocional durante el embarazo. Había una gran laguna de conocimiento y eran los mismos profesionales directamente que al hablar con las madres se encontraban con la realidad.
Además, este desconocimiento hacía creer a las madres que era algo vergonzoso explicar experiencias que se salieran de la imagen de la madre idílica embarazada y feliz. Sumando que hay un gran estigma sobre la enfermedad mental, esto provoca que las madres pueden sentirse solas.
Cabe tener en cuenta que todos los comentarios que no validan las distintas experiencias de las madres, son los más nocivos. No hay un único tipo de embarazo, someterlo todo a dicha crítica hace que rechacemos nuestra situación. Esto genera una angustia que puede terminar obsesionándonos.
Lo que debemos hacer para con las madres, es estar más dispuestos a preguntar cómo se sienten. Ofrecer ayuda es ofrecer cercanía y escuchar, en cualquier momento de nuestras vidas.
Diferencias entre «normalidad» y trastorno emocional
Es importante tener en cuenta que la ansiedad o la tristeza, la rabia o el miedo, son sensaciones normales. A través de ellas afrontamos estos cambios que experimentamos y así nos adaptamos a una nueva situación. Estas experiencias nos ayudan a prepararnos para salir adelante. Todas ellas, a su modo y manera. Se trata de emociones adaptativas, que nos permiten aceptar la nueva situación.
Es importante poder diferenciar cuando estas emociones o sensaciones son patológicas. Debemos diferenciar cuando en vez de ayudarnos, estas experiencias son tan intensas, frecuentes o perdurables, que interfieren en nuestro día a día.
Es decir, tienen un impacto en nuestras relaciones con el trabajo o la familia. Produciendo un efecto negativo en nuestra calidad de vida. Está claro, es normal que nos podamos preocupar sobre temas como el parto o el cómo cuidaremos al bebé. Pero si los pensamientos son excesivos, nos angustian, no nos dejan dormir o nos dispersan todo el rato, se han convertido en patológicos.
Durante el postparto, se da un proceso emocional frecuente. A los 2 días, la madre experimenta tristeza y falta de ánimos. Con un soporte emocional y acompañamiento mejora mucho, siendo a las 2 semanas resuelto. Si esta tristeza perdura en el tiempo, se alarga de más y afecta negativamente a su vida, es importante buscar soporte profesional.
¿Qué factores aumentan la probabilidad de sufrir un trastorno emocional?
Podemos vernos afectados tanto la primera vez, como posteriores. No es cuestión de ser madre primeriza, ya que cada embarazo es distinto. Hay dos factores que sí se tienen en cuenta para ver si somos más vulnerables a esta situación.
El primero se trata de si tenemos antecedentes familiares de trastornos en la salud mental. Estadísticamente, hay mayor propensión si hay casos en la familia. Y el segundo, es si hemos tenido ya un trastorno o si lo estamos padeciendo.
En cuanto a elementos que pueden sernos de ayuda, nuestra pareja o entorno inmediato de confianza es importante que nos ofrezcan un espacio en el que nos podamos expresar. Pero también es muy importante tener en cuenta que la madre también puede pedir ayuda. Tanto a nivel práctico, como son las tareas domésticas. Como al desempeño de su día a día o necesidades, como ir a algún sitio o poder disfrutar de sus espacios íntimos.
Del mismo modo, es importante contar con apoyo emocional. Que la mamá pueda hablar y expresarse, que la escuchen o le den un abrazo. Es importante que encuentre un ambiente en el que se sienta a gusto y pueda expresarse libremente. Desde poder dejar el bebe a la pareja, para ducharse y darse una vuelta. O para no querer dejarlo y preferir que alguien le haga compañía.
¿Efectos de la pandemia en la salud emocional durante el embarazo?
Uno de los factores de riesgo que también se debe tener en cuenta es el soporte social. Cuando este es escaso, favorece la aparición de un trastorno emocional. Muchas madres no han podido ampliar esta red que pueden necesitar como soporte. Desde ir a un grupo de parto, a darse una vuelta al parque o visitar el médico.
La perdida de esta red, hace que muchas mamás se sientan solas en casa. Sin contacto con otras madres, familiares o profesionales. Por suerte, las nuevas tecnológicas pueden paliar esta carencia, aunque el contacto directo se haya reducido.
¿Es verdad que hay médicos que siempre optan por medicar?
Cuando los trastornos que presenta la madre son de intensidad leve o moderado, se opta por una estrategia sin fármacos. Como son ir a terapia o hacer deporte. En caso de que el trastorno sea moderado o grave, se evalúa optar por los psicofármacos.
Actualmente, en la etapa perinatal sabemos que los antidepresivos son malos para la salud de la madre y el bebe. Como también, durante la lactancia. Por tanto, el especialista tiene que valorar el riesgo de todos los factores.
En conclusión, cualquier estrategia no farmacológica que sea eficaz, se basa en la terapia (como la cognitivo-conductual), y estableciendo nuevas rutinas. Si hay más que no responden a esta estrategia, cabe evaluar la posibilidad del tratamiento farmacológico. Es cuestión de ver qué es más perjudicial.
¿Y si la madre ya estaba tomando psicofármacos?
Antes teníamos poco conocimiento de cómo podía impactar la medicación al bebé, pues no hay acceso directo al ensayo clínico para comprobarlo. Ahora, sabemos que tratar a la mamá con fármacos puede tener un riesgo, pero no tratar a la mama puede ser mucho más grave. Los trastornos emocionales también impactan en el proceso de gestación, tanto en el parto como en el desarrollo cognitivo-emocional del bebé.
Una de las funciones de la psiquiatría perinatal, es evaluar el trastorno emocional de la madre, cómo reacciona frente a dejar la medicación, cómo se siente, que síntomas expresa… Haciendo un análisis transversal permite valorar qué riesgos tiene optar por un tratamiento con fármacos. Pero, sobre todo, qué seguridad y ventajas podríamos obtener de él. Hay que ponderar beneficios y riesgos, tanto para madre como para bebé.
3 fun*tips para cuidar de la salud emocional durante el embarazo
- Informarnos – A través del conocimiento profesional, podemos empoderarnos. Accedemos a herramientas que nos ayudan a valorar la situación en la que estamos: qué es normal y qué no. Y lo más importante, saber que no estamos solas. La información nos ayuda a interpretar nuestra situación y evitar acelerar pensamientos nocivos. Además, hay que combatir algunos prejuicios y estigmas sobre la salud mental.
- Hacer deporte – Afecta a la salud emocional. Cabe tener en cuenta que no se trata de practicar una actividad física concreta. Simplemente practicar lo que nos apetezca, algo que nos guste. Ni algo concreto ni muy intenso. Dedicar 30 minutos al día a practicar deporte, como salir a caminar. Es básico hacerlo de manera regular. Fun*Tip: si lo hacemos en compañía, obtenemos el doble beneficio del soporte emocional.
- Tener soporte social – Rodéate de personas que te sostengan, que te ayuden a satisfacer tus necesidades como madre. Desde lo más práctico, a lo emocional. Que nos ayude en los otros dos puntos anteriores. Personas con las que te puedas sentir a gusto, con quien compartir y pedirle cosas. Desde un amigo a un profesional. Un momento, un núcleo, un lugar.
En Fun*das Bcn trabajamos con pasión para estar al lado de las mamás, ofreciendo productos elegantes y prácticos. Pero también, estando a su lado ayudándolas con información que las empodere. Hablando así de temas que le interesen, como qué pasa si el bebé suda mucho o hablando del sueño del bebé a los 4 meses.
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