¡Sobrevivir al verano sin playa ni piscina es posible! 🎉
Sí lo has oído bien. Y aún no sabes lo mejor…con un bebé recién nacido, ¡también se puede! 😉
Solamente necesitas dos cosas: la primera, te la puedes imaginar: empieza por la letra “p” y acaba por “aciencia”. Sabes que nunca debe faltar en tu mochila.
La segunda, seguir las indicaciones de este artículo… ¡Y a disfrutar de este verano!
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Ventajas de tener un recién nacido en verano
Hay que partir de la base que, puestos a elegir, en verano resulta mucho mejor tener al peque en tus brazos que dentro de la barriguita…imagina si aún estuvieras embarazada, con este calor… 😬
El verano nos abre posibilidades que no tenemos en otras épocas del año:
- Puedes vestir al peque más fácilmente (o incluso ni vestirle).
- Puedes darle baños y masajes más largos sin miedo a que se enfríe.
- Como los días son más largos, puedes dar paseos con tu peque sin mirar el reloj y con tranquilidad. Es muy recomendable que los paseos se hagan durante las primeras horas de la mañana o a partir de las 7 de la tarde.
Es importante prestar atención a su temperatura corporal y preparar el cochecito o hacer porteo de la manera adecuada, con fulares finitos o incluso bandoleras.
En el caso del cochecito, las fundas ideales para el verano son las de algodón. Muchas veces la capota de los cochecitos concentra mucho el calor, pero hay fundas para capotas pensadas para el verano, que tienen más protección ultravioleta y son más ventiladas.
- Aunque a pequeñas dosis y en horarios muy concretos, el peque recibe dosis extra de vitamina D gracias a la luz solar. Se conocen como pequeños “baños de sol”.
Como vestir a mi bebé en verano
Los bebés sienten más o menos el mismo calor que los adultos. No hace falta que le añadamos capas encima “por si luego tiene frío”, ya que en estos casos se puede agobiar, empezar a sudar y aumentar el riesgo de irritaciones en la piel.
Regulan su temperatura corporal por la sudoración en la cabeza: si ves que el peque empieza a sudar por la nuca, quiere decir que está padeciendo calor (aunque las extremidades las notes más frías).
Para vestirlo, idealmente usa prendas fresquitas de fibra natural como algodón, lino o hilo, holgadas y de tonos claros y suaves, que reflejan mejor la radiación solar. Es importante evitar la ropa sintética, ya que hace aumentar la sudoración.
Llevarse al bebé de vacaciones
Hay que tener en cuenta que antes del primer mes, no está recomendado trasladarse con el bebé.
Pasado este tiempo, lo podemos hacer pero extremando las precauciones:
- No debemos exponer el bebé al sol, especialmente en las horas donde la radiación solar es más intensa.
- No meter al bebé en el agua (playa, piscina, río…) antes de los 6 meses de edad: además de que la temperatura del agua está muy fría para el peque, también hay riesgo de infecciones por las impurezas del agua.
- Si nos trasladamos a un sitio de montaña, hay que tener en cuenta que a más de 1200m, los niveles de oxígeno descienden.
- En caso de viajar en coche, es indispensable seguir las indicaciones de la DGT sobre la colocación y uso de las maxicosi o huevitos. Además, es importante colocar protectores solares en la ventanilla para disminuir las radiaciones solares, y ponerle su gorrita.
Siguiendo estas indicaciones, ¡la elección del lugar es cosa tuya! 😉 Los bebés se adaptan a cualquier lugar.
Prevención frente a patologías típicas del verano
Deshidratación
Es, sin duda, la más común.
Resulta fundamental asegurar a tu bebé una buena hidratación para combatir las altas temperaturas.
Los síntomas más comunes para detectar una deshidratación son el lloro sin lágrima, que el bebé no moja el pañal con frecuencia y problemas digestivos.
De cualquier modo, si estás amamantando a tu bebé, no es necesario darle más líquido, ya que la leche materna contiene todos los nutrientes y líquidos que le hacen falta.
En caso de darle biberón, tampoco sería necesario darle líquido extra. De todas formas, se puede añadir un poquito de agua en la leche (máximo 10 cc) en caso de necesidad.
Si el calor aprieta mucho, puedes probar en darle un biberón extra con agua, pero es posible que lo rechace, al no estar acostumbrado.
Gastroenteritis
Es importante estar atenta, ya que el verano activa las bacterias que provocan la gastroenteritis, y además sus síntomas (diarrea, vómitos) pueden causar deshidratación.
Es cierto que amamantando el bebé se reduce considerablemente el riesgo, lavándote bien las manos entre toma y toma.
En el caso de darle biberón, esterilizar primero y usar agua hervida. Si se prepara el biberón con antelación, guardarlo en el frigorífico hasta antes de la toma.
Picaduras de mosquito u otros insectos
Es inevitable: verano y mosquitos van de la mano. Estos son algunos consejos para prevenir las picaduras:
- Instalar mosquiteras en las ventanas de la habitación.
- Usar antimosquitos eléctricos.
- Instalar una malla en el cochecito de paseo.
- Se pueden comprar cremas repelentes en farmacias. Es importante no aplicarla en las manos, ya que la pueden chupar o frotarse los ojos.
- No rociar la habitación con spray insecticida.
Otros aspectos a tener en cuenta
- El aire acondicionado: no hay problema en que el bebé esté en una sala con A/C. Lo único que hay que evitar es que no esté justo debajo del flujo de aire, y asegurarse que no esté presente cuando lo conectemos.
- Es muy recomendable aplicar al peque leche o crema hidratante, ya que en verano la piel necesita hidratación extra. Después del paseo, aplicarle crema en todo el cuerpo. Mejor si es fluida, ya que se absorbe mejor. Es muy importante que estén libres de parabenos y colorantes.
- Ambiente ideal en casa y durante la noche: la temperatura idónea suele estar entre los 20 y los 22º. Es importante mantener bajadas las persianas en las horas de más calor, y ventilar la casa constantemente (siempre y cuando el peque esté fuera del alcance de las corrientes de aire).
Para dormir, es suficiente con que el bebé tenga puesto un body de algodón y una sabanita fina.
Como ves, ¡no es imposible sobrevivir al verano! 🙂
Además, no olvides cuidarte a ti misma, aprovechando cada momento que puedas para relajarte. Cuidando tu bienestar, estás cuidando también de tu bebé.
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