Uno de los momentos más temidos cuando tienes un bebé es la hora de viajar en coche. Primero, por toda la logística -maletas, chaquetas, recambios, biberones si los usas, mantita por si acaso…-, y segundo, por la posibilidad de que el peque llore y no sepas por qué.
Y aquí suele venir uno de los miedos de los padres: ¿qué pasa si mi bebé no quiere ir en la sillita del coche?
Algunos bebés se arquean, se ponen rojos, gritan como si no hubiera un mañana…😭 Y duele. Pero no te preocupes: no estás sola.
Sabemos que te desespera que tu bebé llore cada vez que lo sentáis en la silla del coche.
(Tranquila, este odio automovilístico no es para siempre, y tiene solución).
Si este es tu caso, quédate, porque te contamos consejos para mejorar cuando tu retoño decide que odia el coche 😉.
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¿Por qué mi bebé llora al sentarlo en la silla del coche?
Esa es la gran pregunta. Tú sientas al peque, le ajustas el arnés, y todavía no has cerrado la puerta que ya oyes el llanto. O a veces, consigues una “transferencia exitosa”, cierras la puerta, te sientas a conducir… y a los minutos de estar en ruta, oyes un gemido que va incrementándose por momentos.
Lo primero: es más habitual de lo que crees. Lo segundo, vamos a analizar las causas del llanto en el coche, para buscar soluciones y que tu peque no te rechace la silla del coche.
Incomodidad postural o física
Ya sabes que los bebés todavía están desarrollando su tono muscular, así que la postura semisentada en la que van en las sillas de auto no siempre les es cómoda. Algunos peques lo toleran mejor que otros.
Si además, la silla no está bien colocada, o les hemos apretado demasiado el arnés, van incómodos. Si es una época de calor, y sudan, la incomodidad aumenta. Una funda puede ayudarte con esto… ¡y salvarte el trayecto!
Demasiado calor… o demasiado frío
En verano, cuando hace calor, el coche puede llegar a coger mucha temperatura. Por lo tanto, puede que el llanto de tu peque sea porque tiene calor.
Pero… ojo en invierno. Muchas veces, les metemos en la sillita con la chaqueta, y estas no regulan la temperatura, por lo que si tu bebé se sobrecalienta, se agobia.
Si es un día de mucho frío, puedes optar por ponerle una mantita encima, y quitarla cuando el coche ya esté a una temperatura más agradable.
Ansiedad por separación… (también en el coche)
Ya sabes que tu bebé necesita verte para sentirte seguro. En el asiento trasero del coche, aunque tú estés, le hables o le cantes, puede que se sienta solo y quiera contacto, y al no poder tenerlo… llanto al canto.
Malas asociaciones o experiencias con el coche
Si alguna vez anterior tu peque lloró mucho en un trayecto, o se mareó y vomitó, pasó calor o cualquier otra experiencia negativa, puede que asocie esto con la silla y el coche. Intenta que al principio, los viajes en coche sean “facilitos”: cortos, sin mucho calor, sin atascos (el movimiento constante los calma), y luego, ya irás acostumbrándole poco a poco.
No quiere estar atado
Aunque parezca extraño que un bebé pueda notarlo, lo de estar atado no suele gustar. Y menos todavía cuando están en plena fase de exploración. Aunque el arnés es imprescindible para su seguridad, puede ser motivo de llanto y frustración cuando se encuentran en estas etapas.
Cómo acostumbrar a un bebé al coche sin dramas (ni lágrimas)
Ya hemos visto las causas que pueden crearle incomodidad a tu bebé en el coche, pero sabemos lo que estás buscando: cómo conseguir que tu peque se acostumbre al coche sin llorar. Aquí van algunos consejos:
Revisa que la silla sea cómoda y esté bien instalada
Puede parecer una obviedad, pero muchas veces el problema está justo ahí: en la base del asiento. Literalmente. Una silla mal instalada, con inclinación incorrecta o que no se ajusta bien al tamaño del bebé, puede hacer que se sienta inseguro, incómodo o incluso mareado 😖.
¿Cómo saber si la silla está bien colocada?
Tienes que revisar que el ángulo de inclinación es el adecuado para la edad de tu bebé. Si está demasiado vertical, le podría caer la cabeza hacia delante al dormirse, y si está demasiado reclinada, perdería soporte. Además, debes comprobar que la silla no se mueve más de 2 cm de lado a lado. Si esto ocurre, revisa bien.
Por último, el arnés tiene que ir ajustado al cuerpo, sin espacios, pero sin apretar tanto que moleste.
Usa fundas transpirables para evitar calor, roces o incomodidad
La realidad es que las sillas de coche están pensadas para ser seguras… pero su tapizado es, en muchas ocasiones, poco transpirable o de tejidos sintéticos.
¿Resultado? Tu bebé suda, se irrita y… llora.
Para evitar esto, una funda transpirable, de algodón, bien ajustada -y además, bonita- puede marcar la diferencia. Un ejemplo es la funda 3D Freshlayer. Está elaborada con algodón natural orgánico 100% certificado que consigue que tu peque transpire, y además, le evita rozaduras y rojeces, ya que es extrasuave.
Haz trayectos cortos al principio
Si tu bebé todavía no asocia el coche a un momento placentero, mejor empieza poco a poco. Trayectos de 5 a 10 minutos para que no se agobie, e ir aumentando poco a poco. También puedes llevarte la sillita del coche a casa, y ponerle música o jugar con él para que asocie la silla a momentos positivos.
Luego, ya podrás ir alargando los viajes, siempre teniendo en cuenta el máximo de tiempo que puede estar un bebé en la silla.
Acompáñalo: que no viaje solo en el asiento trasero
A veces, aunque sea algo engorroso, la solución es sentarse detrás con tu peque. Si hay hermanos mayores, también pueden entretenerle cantando o haciendole monerías, sobre todo, si solo hay un adulto y tiene que conducir.
Sabemos que escuchar llorar a tu bebé en el coche puede ser desesperante, pero con paciencia, algunos ajustes y mucho cariño, lograrás que los viajes dejen de ser un drama. Recuerda que es una etapa, y como todas… también pasa. Y mientras tanto, tú lo estás haciendo lo mejor posible. 💛
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