Le ha costado pero al fin…¡ha llegado! Ya tenemos al invierno encima y, aunque las temperaturas aún no son muy bajas, tenemos que ir pensando en. Llega la hora de abrigarnos bien, ¡y de prepararnos para la Navidad! 😄 En este artículo te queremos compartir 5 consejos para proteger a ...
Todas las mujeres que hemos sido madres sabemos que los nervios y la incertidumbre siempre aparecen cuando vas a ser madre primeriza.
En primer lugar, queremos empezar el artículo felicitándote. Ser madre primeriza puede suponer un desafío para cualquier mujer, así que hemos pensado en proponerte 6 consejos para que consigas ...
A los 2 años puede que tu peque esté padeciendo alteraciones en el sueño. Es absolutamente normal, así que en este post te vamos a ayudar a saber cómo afrontar estas regresiones para que entiendas estos pequeños retrocesos en el sueño del bebé.
En qué consiste la crisis del sueño a los 24 meses
A los 24 meses aproximadamente, los bebés están en un momento de su vida dónde no paran de aprender cosas nuevas. Son tantas que les falta tiempo para practicar sus nuevas habilidades. Por lo tanto, es muy común que, en lugar de estar durmiendo, aprovechen las horas nocturnas para seguir desarrollando sus nuevos aprendizajes.
Aunque tienes que procurar que duerma las horas suficientes para que descanse bien, piensa que durante este periodo el peque está “sacrificando” alguna hora de descanso para progresar en sus habilidades recién aprendidas.
Qué le puede ocurrir al bebé en la crisis del sueño a los 24 meses
Aunque sabemos que cada bebé es distinto y tiene sus propias peculiaridades, hay algunas situaciones que se repiten en casi todos los peques durante esta etapa de su vida. Te contamos las más comunes para que las tengas en cuenta:
Aparición de los miedos nocturnos
La aparición de los miedos nocturnos del peque suelen venir dados por su aumento de la imaginación y de la creatividad. Así como este aumento aporta muchos beneficios porque el peque juega y se entretiene con su imaginación, también le puede ocasionar miedos durante la noche. Por ejemplo, que se imaginen que haya personajes inventados que le puedan hacer daño o el propio miedo a la oscuridad. Por lo tanto, que el peque tenga pesadillas debido a estos motivos es muy habitual en este periodo.
Miedo a la separación
Puede ocurrir que tu hijo no sea tan independiente como pensabas. Es decir, en este periodo puede que el peque sea mucho más consciente de cuando estamos a su lado y de cuando no. Esa separación cuando ve que te vas a a dormir a tu habitación le puede provocar una cierta angustia.
Pasar más tiempo despierto
A los dos años, lo más habitual es que los niños duerman solo una siesta y de 10 a 12 horas de sueño nocturno. Por lo tanto, el tiempo de estar despierto va aumentando y puede que tenga, sobre todo al principio, algunos despertares nocturnos que antes no tenía.
Que aumente el tiempo de vigilia no quiere decir que se tenga que ir a acostar más tarde. Más bien todo lo contrario, sería ideal que el peque pudiera irse a la cama incluso más temprano.
Retirada del pañal
A los 2 años puede ser el momento en que tu hijo ya esté listo para que le saques el pañal. Si es así, a veces ocurre que los niños están tan concentrados en que no se le escape el pipí, que no se centran en lo que realmente necesitan, que es descansar.
En caso de que aún lleve el pañal para dormir, el peque puede que note mucho más la sensación de incomodidad de llevar el pañal mojado, por lo que también se despertará más fácilmente.
Mayor resistencia a dormir
Los niños a los 2 años empiezan a tomar mucha más consciencia de las cosas. También comienzan a tener sus propios razonamientos, así que puede ser que tu peque intente buscar hasta dónde puede llegar y cuestionar tus límites. Por ejemplo, la hora de irse a la cama. Muchas veces no es por rebeldía, sino porque quieren estar jugando y experimentando todo el tiempo y sienten que al irse a la cama interrumpen su aprendizaje.
Esta resistencia al sueño puede que afecte también a la siesta, ya que al estar en medio del día, puede que el peque note aún más esta interrupción y, aunque esté cansado, prefiera tener los ojos bien abiertos para seguir experimentando con las cosas a su alrededor.
De la cuna a la cama
Uno de los cambios más “traumáticos” en la aún corta vida de tu hijo puede que ocurra en esta etapa. Es una decisión complicada que conlleva riesgos, como por ejemplo que el miedo a dormir solo le lleve otra vez a tu cama.
Otra situación que puede ocurrir es que el peque, al ver que la nueva cama no tiene barrotes, quiera salir de excursión por la casa en mitad de la noche.
El nacimiento del hermano
Otra de las situaciones que puede provocar alteraciones en el sueño del peque es el nacimiento de su hermanito. Aunque le veas contento y entusiasmado, puede que esté más alterado que de costumbre, y eso le afecte el sueño nocturno.
Cómo afrontar la crisis del sueño de tu bebé a los 24 meses
Hay algo que siempre hay que tener, pero te lo recordaré al final del artículo…😁
La mejor noticia de todas es que, habitualmente, estas regresiones del sueño a los 24 meses son las más fáciles de gestionar por tu parte y también por la del peque.
Una de las claves para hacer frente a esta situación es mantener los horarios. La constancia en las comidas, siestas y hora de acostarse es clave para que la regresión de los 24 meses le afecte lo mínimo posible.
Otro aspecto importante es dar por entendidas y asumidas las cosas. Por ejemplo, que el niño no quiera dormir la siesta no quiere decir que no la necesite. O que la hora de irse a la cama tiene que ser más tarde porque se está haciendo mayor. Cada niño tiene unas necesidades distintas, pero mantener siempre que se pueda los hábitos de sueño es lo mejor que puedes hacer en esta etapa.
Por último, aunque a veces se haga pesada la situación, procura ser tolerante con los miedos que puedan aparecerle a tu peque durante la noche. Sé consciente de que es temporal, así que cuando menos nerviosa estés, menos lo estará él también.
¡Lo prometido es deuda! La palabra mágica para afrontar todas las situaciones: PACIENCIA. Sí, no falla. Puntual a la cita. 😅 Es normal que al principio puedas sentirte perdida o sin saber qué hacer. Sobre todo, mantén la calma y por si acaso se te olvida, vuelve a leer este artículo y todo volverá a la normalidad. 😉
Cómo elegir el cochecito para tu bebé es algo complicado por la gran cantidad de modelos que existen. Y de hecho, si estás empezando a leer este artículo es que eres de las (muchas) madres que no ha tenido la suerte de heredar un carrito de algún familiar o amigo ...
La elección de ser madre es una de las decisiones más trascendentes que tomas como mujer a lo largo de tu vida. Puede ser también una de las experiencias más hermosas y aleccionadoras. Sin embargo, hay un trastorno mental, muchas veces invisibilizado, que puede aparecer en este periodo. Se llama ...
Sabemos que alimentar correctamente a tu bebé es una gran responsabilidad. Hacerlo correctamente condiciona sus hábitos en el futuro, previene la obesidad y disminuye el riesgo de diabetes e hipertensión.
Cuando se inicia la alimentación complementaria, pasados los seis primeros meses de vida del bebé, puede que te surjan muchas dudas y preguntas sobre si realmente lo estás haciendo bien.
Es cierto que hay varias teorías (y prácticas) al respecto, así que vamos a hacer una pequeña guía para que no te dejes nada en el tintero 😉
Cómo alimentar correctamente a tu bebé hasta los 6 meses
Si nos fijamos en lo que aconseja la OMS y la Asociación Española de Pediatría, la recomendación es que el bebé tome leche materna o artificial hasta los 6 meses de edad. Actualmente, la recomendación es alimentar al bebé cuando el peque lo requiera, es decir, a demanda, sin tener en cuenta horarios ni tiempos que pasan a la teta o con el biberón
Sea como sea, cada bebé es distinto: algunos toman leche más rápido que otros, así que lo mejor es fijarse en cuánto necesita e ir adaptando el ritmo.
Cómo hacer para que el bebé siga una alimentación complementaria correcta
Pasado el primer semestre de vida del bebé, puedes ir incorporando alimentos sólidos a su alimentación hasta que cumpla 1 año aproximadamente.
En realidad, los seis meses son una edad aproximada. Lo que debes tener en cuenta para iniciar la alimentación complementaria es que cumpla con tres requisitos: que se mantenga sentado, que se muestre interés por la comida y que haya perdido el reflejo de extrusión.
Tienes que tener en cuenta que la leche tiene que seguir siendo la fuente de alimentación principal del peque, ya que contiene todos los nutrientes y calorías esenciales. Los alimentos que le vamos introduciendo al principio solamente complementan.
En esta etapa, la alimentación complementaria adquiere una importancia más allá de la propia comida. El bebé desarrolla sus hábitos, al mismo tiempo que evolucionan sus habilidades cognitivas y también adquiere hierro, nutriente que es residual en la leche. Realmente para él es como un juego, no debe tener presión y estar relajado. Puede que se tome su tiempo, ya que está ocupado experimentando y aprendiendo, así que lo mejor es tomárselo con paciencia (siempre aparece 😉), ya que en estos momentos es cuando el bebé está entablando una relación con la comida.
Es importante no darle a probar alimentos nuevos por la tarde o por la noche. La razón es la precaución, ya que hay alergias que tardan un poco más en aparecer en el cuerpo.
Qué elegir, ¿alimentos triturados o sólidos?
Hasta hace poco tiempo, parecía que solo había un tipo de alimentación para los bebés: las famosas papillas. Que el bebé coma alimentos triturados es una opción perfectamente válida. Hay que empezar con un nivel de trituración más alto, y poco a poco ir chafando los alimentos para que el peque vaya distinguiendo texturas y sabores. Esta es la mejor manera de realizar la transición hasta los alimentos sólidos.
Por otro lado, hace un tiempo ganó fuerza el método BLW (baby led weaning), que consiste en dejar que el bebé introduzca los alimentos en su boca con sus manitas. Se deja comida saludable a su alcance para que experimente directamente con ella.
A qué alimentos tienes que prestar atención
Hay una serie de alimentos a los que, por diferentes razones,es importante que prestes atención:
Alimentos ricos en hierro
La reserva de hierro de los recién nacidos va disminuyendo poco a poco desde el momento del parto. Es alrededor de los 6 meses cuando hay que empezar a introducir al peque alimentos ricos en hierro para eliminar cualquier riesgo de anemia.
Hay muchas y variadas fuentes de hierro: de origen vegetal (cereales, frutos secos, legumbres y algunas verduras) y animal (pescado, carne, huevos). En el caso de optar por la opción BLW tienes que prestar especial atención cuando el bebé coma estos alimentos, ya que en ocasiones les puede ser difícil masticarlos. Si tienes cualquier duda sobre cómo introducir estos alimentos y quieres ir sobre seguro puedes consultar con tu pediatra de confianza.
Para que el bebé absorba mejor el hierro, súmale alimentos ricos en vitamina C como por ejemplo cítricos, perejil fresco o pimiento.
Alimentos a evitar: el azúcar y la sal
La Asociación Española de Pediatría aconseja que se retrase lo máximo posible la ingesta de alimentos con azúcar añadido, ya que el paladar del bebé puede acostumbrarse fácilmente a los sabores dulces. También advierte de la propensión hacia la diabetes y la obesidad.
Tampoco es aconsejable darle alimentos con sal al peque ya que el objetivo es que conozca el sabor de los alimentos como son, a la par que la sal sobrecarga de trabajo a los riñones del bebé.
Alimentos con riesgo de ser alérgicos
Hay unos cuantos alimentos que por alguna razón son susceptibles de ser desencadenantes de alguna alergia en el recién nacido. Sin embargo, es muy poco recomendable retrasar la introducción de este tipo de comida, ya que también hay estudios que concluyen que la ingesta de estos alimentos puede prevenir alergias futuras.
Estamos hablando de huevos, leche, pescado y marisco, frutos secos, algunas frutas (plátano, cítricos, fresas, melocotón) o semillas (sobre todo el sésamo).
Señales que indican que el bebé está preparado para tomar alimentos sólidos
Hay unas cuantas señales para validar la introducción del bebé a los alimentos sólidos. Te mostramos las más habituales:
El peque puede mantener erguida la cabeza y el cuello, manteniéndose sentado sin tu ayuda.
Que el bebé haya perdido el reflejo de extrusión.
Que se muestre interesado en la comida de los adultos.
Cuando el bebé se hace entender, cuando expresa que tiene hambre o que ya está lleno.
Para concluir te queremos recomendar que en los casos en que te des cuenta que, a pesar de seguir consejos saludables, sientes que tu bebé no está comiendo lo suficiente o que come en demasía, que su peso es excesivamente bajo o alto o que su cuerpo ha reaccionado de forma alérgica a algún alimento en concreto, acudas a tu pediatra o médico especializado que sea de tu confianza para adaptar el tipo de dieta.